disponibile anche in italiano



Chacales, necios y desgraciados

Articulo de Giancarlo Livraghi gian@gandalf.it
en Netforum – 14 septiembre 2001

Traducción de María Copani mcopani@sion.com y Pino Laurenza lauren@uni.net


 
 

No, no quiero agregar mi pequeña voz al océano de palabras que circunda los terribles sucesos del 11 de septiembre de 2001 (y las consecuencias que seguirán). Mucho más modestamente... me limito a un tema específico y restringido. Los medios de comunicación y en particular la internet. Y pido disculpas a los perros salvajes que no tienen culpa alguna del significado que damos a la palabra “chacal”.

Porque de chacales debemos hablar – y de una montaña de necedades y manipulaciones. Desde hace muchos años, cualquier cosa suceda, se mete en el medio a la internet – casi siempre disparatadamente y casi siempre diciendo cosas insensatas.

Hay quien se ha lanzado a disertar sobre qué medios han “vencido” y cuáles han “perdido”. No veo cómo podría haber una respuesta sensata a esta pregunta – ni a quién pueda interesarle. Alguien dice que la televisión ha vencido y la internet no ha funcionado. No es verdad – y el razonamiento es erróneo.

La inmediatez de la noticia corresponde obviamente a dos medios broadcasting: la radio y la televisión. Es inútil disertar sobre el hecho de que cada uno hizo su labor. Si acaso, debemos plantearnos una pregunta terrible: ¿el lanzamiento de dos aeroplanos contra las torres fue pensado en función de su efecto televisivo? Temo que haya sido así. Las emisores no podían hacer otra cosa que filmar y transmitir ese horripilante “espectáculo”. Pero ahora deberían dejar de repetirlo – para evitar que se convierta en rutina.

¿La prensa? Es “canónico” que debiera seguir con profundizaciones y comentarios. Lo ha hecho, abundantemente. A veces bien, a veces no. Pero ha cumplido su tarea. Un día alguien hará un análisis sobre cómo las noticias han sido interpretadas y comentadas por varias fuentes en diferentes culturas – y podrá ser interesante. Pero por ahora no hay más que decir.

¿La internet? Su rol es ser un terreno de diálogo y de intercambio de opiniones. Hubo una infinidad, y las discusiones continúan. ¿Hubo congestiones y lentitud? No en lo más importante: correo electrónico, listas, newsgroups. Mucho menos importante es lo que sucedió en los sitios web (no faltaban otras fuentes de noticias). Algunos eran inaccesibles. ¿Por una inmanejable sobrecarga de tráfico? No. Por incompetencia. Están siempre ultracargados de “adornos” inútiles – y luego se hicieron más pesados para “copiar a la televisión”. Mucho mejores algunos sitios estadounidenses (como Cnn y Abc) que pusieron online textos veloces y livianos y así lograron dar un servicio a millones de personas sin ser “atestados”. Es decir, hay quien sabe hacer su trabajo y quien no. Los burros, si tienen orejas, que aprendan.

Pero hay más. Muchos comentaristas se precipitaron a buscar una manera de decir que esto es “un delito de la era de la internet”. Cosa obviamente falsa y estúpida. Pero se agarran de lo que sea para seguir diciéndolo. Leemos las cosas más bizarras. “Los terroristas usaban sitios web para mandar mensajes en código.” ¿Por qué deberían haberlo hecho? ¿A quién le sirve una hipótesis de este tipo sino a alguien que está buscando excusas para censurar un poco de todo, para interceptar, robar, violar la privacidad de millones de personas – por motivos que no tienen nada que ver con la prevención de los crímenes?

Los sistemas de intercepción no han funcionado. Las opciones son dos. Quien ha hecho largos y complejos preparativos de la masacre ha evitado usar instrumentos interceptables (teléfonos, radio... o la internet). O bien esos sistemas están tan mal concebidos y administrados que encuentran un poco de todo, excepto las cosas para las cuales fueron proyectados. Sin embargo, a posteriori, he aquí los interceptadores pidiendo aún más poderes (justo en el momento en el que tienen las manos más libres, porque en un “estado de guerra” no se esperan autorizaciones ni se tienen obligaciones de transparencia). He aquí varias organizaciones (incluida Microsoft, que no pierde ocasión de ponerse en la parte equivocada) precipitándose a ofrecer “colaboración”. No sólo por descarado y oportunista protagonismo, sino sobre todo para tener algún instrumento más con el cual entrometereseen los asuntos de todos nosotros. Ni siquiera en una situación como esta se renuncia a aprovechar.

No propongo expediciones punitivas ni demostraciones en las plazas. Pero recordemos a quienes, en medio de una tragedia, han tratado de aprovecharla. Evitemos premiar a estos malhechores la próxima vez que nos pidan creer en lo que nos dicen, usar sus servicios, comprar sus productos – o dejarnos espiar y censurar. Y llamémoslos con los nombres que merecen: chacales, necios y desgraciados. Habremos dado una minúscula, pero no inútil, contribución para mejorar la civilización de este planeta mientras reina la barbarie.




home
home